La historia de Château Musar comienza en 1930, cuando un muchacho de 20 años, Gastón Hochar, inspirado en una tradición vitivinícola de 6 milenios en el Líbano y sus viajes a Burdeos, planta los primeros viñedos.
La nobleza se sus vinos impresionaba a los oficiales de alto rango franceses a raíz de su mandato en los años 20 del siglo pasado.
El Mayor Ronald Barton, de Château Langoa-Barton, establecido en el Líbano durante la 2ª Guerra Mundial, se convirtió en un gran amigo, estrechando los vínculos entre Château Musar y Burdeos, que permanecen actualmente.
La historia de Château Musar comienza en 1930, cuando un muchacho de 20 años, Gastón Hochar, inspirado en una tradición vitivinícola de 6 milenios en el Líbano y sus viajes a Burdeos, planta los primeros viñedos.
La nobleza se sus vinos impresionaba a los oficiales de alto rango franceses a raíz de su mandato en los años 20 del siglo pasado.
El Mayor Ronald Barton, de Château Langoa-Barton, establecido en el Líbano durante la 2ª Guerra Mundial, se convirtió en un gran amigo, estrechando los vínculos entre Château Musar y Burdeos, que permanecen actualmente.
Serge Hochar, primogénito de Gastón, era ingeniero civil y se decide a estudiar enología en la Emile Peynaud de Burdeos.
Se convierte en el enólogo de Château Musar en 1959, para ir tomando su camino al frente de la bodega y tras 18 años perfeccionando su vino tinto, es elegido Hombre del Año por la revista Decanter en 1984, por su dedicación a elaborar vinos de alta calidad durante la Guerra Civil del Líbano (1975-1990).
Sus dos hijos, Gastón ingeniero y Marc del sector bancario, gestionan actualmente la bodega, cuidando uno el liquido y el otro la liquidez.
Situada en el Valle de Bekaa, una cuenca fértil entre las Montanas Líbano y Anti Líbano, los viñedos se encuentra cerca de los 1.000 metros y son suelos calcáreos, con grava y roca, que fomentan la uva de gran calidad.
La latitud a que se encuentra y esta altitud, dan lugar a maduraciones garantizadas, pero manteniendo la frescura.
Las variedades tintas utilizadas son la Cabernet Sauvignon de Burdeos y las Cinsault y Carignan del Rodano.
Las variedades blancas, que son indígenas, Obaideh y Merwah, se encuentran a altitudes cercanas a los 1.500 metros.
Siempre trabajan de manera orgánica, siendo los primeros del Líbano en conseguir la certificación en 2006.